En el mundo actual, la literatura se torna cada vez más importante

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Carlos Fuentes, Hijo de diplimáticos, nacio en Panamá y vivió en distintas partes del mundo, aunque es mexicano y su obra trabaja sobre esa identidad. Se destacan La región más transparente, La muerte de Artemio Cruz, Aura, La cabeza de la hidra, Gringo viejo y En esto creo. En 1987 recibió el Premio Cervantes y en 1994, el Príncipe de Asturias.
"la literatura tiene la misión de rescatar el lenguaje ante el imperio del ruido y la imagen".
"Un escritor que piensa que ha escrito una obra perfecta es mal escritor."

Distendido, en el Hotel Alvear, es un Fuentes confiable sin nada de Fuentes reservadas. El ambiente se afloja más cuando se habla de tecnología: él la celebra, pero dice que llegó hasta el fax y entró en vértigo. Nunca escribió en una computadora. Ahora escribe a pluma, después de años de hacerlo a máquina con un solo dedo que dijo no va más y quedó torcido. Lo muestra. Se ríe. Y escucha la primera pregunta:
¿Cuál es hoy su concepción de la novela en referencia a sus comienzos?
Cuando publiqué La muerte de Artemio Cruz un amigo de mi padre le dijo: "empecé a leer la novela de tu hijo, leí tres páginas y la tiré al basurero, no se entiende nada". Había una búsqueda formal de la que muchos se quedaban afuera. Pero ahora el público se ha educado. Lo que parecía vanguardia hace cincuenta años hoy es el pan nuestro de todos los días. La renovación constante de la forma está conquistada y aceptada. Eso nos lleva a pelear más por la profundidad. Pero siempre aparece alguien diciendo que hay que hacer saltar las formas por el aire. Me parece formidable. Pero no creo en la ruptura, creo en la continuidad respecto a los antecesores que para mí eran Borges, Asturias, Carpentier, Lezama Lima, Onetti y sobre todo los poetas. Teníamos a Neruda, Mistral, Huidobro, teníamos de dónde alimentarnos. Nunca dije que conmigo empezaba algo, conmigo no empezaba nada. Tarde o temprano todos se dan cuenta de eso, aunque es comprensible que se pase por una rebelión contra los padres. También a nosotros se nos rebelaron los hijos. Pero tenemos una excelente camada de nietos, los que hoy tienen entre 30 y 45 años. Me identifico con la generación del crack de México, Volpi, Padilla, Velazco. En Colombia Juan Vázquez me interesa muchísimo, Roncagliolo en Perú, a Franz en Chile.
Acaban de editarse aquí dos tomos de cuentos suyos. "Cuentos naturales" y "Cuentos sobrenaturales". Lo que lleva, por el juego de contraste a hablar de realismo y ficción pura en Latinoamérica.
Aprendí francés con La comedia humana y un diccionario. Leyendo a Balzac me di cuenta de la facilidad con la que de la literatura social o realista se salta a otro registro, porque Balzac es también el autor de La piel de zapa. Es que finalmente no estamos retratando una realidad, la estamos creando. Cuando hablamos de una literatura realista, entre comillas, o fantástica, entre comillas, estamos hablando de una sola realidad que es la realidad de la invención verbal.
¿Qué sigue dando la literatura que no da ninguna otra cosa?
La imaginación y la palabra. La literatura es el único arte que toma el orden diario del lenguaje y lo transforma en otra cosa. La pintura no lo hace, la música menos. El desafío constante es mantener el lenguaje ante un avasallamiento de la imagen y del ruido. En el mundo actual la literatura se torna cada vez más importante porque es la salvaguarda del habla, de la palabra. Si no hablamos, regresamos a la selva.
¿En qué proyecto trabaja?
Estoy terminando una novela voy por las 400 páginas. Estoy indeciso con el título. Es sobre Caín y Abel. En la evolución de la sociedad siempre están los amigos–enemigos. Los hermanos que se oponen. Estoy desarrollando eso en el mundo actual.
En uno de sus ensayos usted cita esta frase de Wole Soyinka, "Ejercer la crítica de la nación es una forma de optimismo, solo el silencio es pesimista". ¿Qué crítica está ejerciendo hoy?
En mi país estoy viviendo una transición del régimen de poder único, el PRI, a un ensayo de democracia. Apoyo el proceso democrático contra la reacción y las utopías regresivas. Y en el mundo estamos en unipolarismo que siento muy fugaz. Bush creyó que este iba a ser un mundo dominado por su país y esto no es así. Al lado ya está China, está la India, está Japón, está Rusia resucitada. Vamos a un mundo multipolar si es que no estamos ya en él. El intento dominante de Bush es la derrota más grave que ha sufrido Estados Unidos. Es un converso a la religión y esos son los peores...Cualquiera que venga va a ser mejor.
(Fuente: Revista Ñ, Argentina)