Un viaje en Barrilete

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El sábado me visitó de Argentina mi ahijadita Catalina Wroblenski, y compartimos una tarde de playa, risas y cuentos.
Caty es la hija de un matrimonio amigo de hace muchos años, quienes han caminado conmigo muchisimas alegrias y pruebas, y quienes me han dado el inmenso regalo de ser parte de su familia, con esta preciosura de ahijada...
Ahi van unas líneas para ella...



A Caty
Hay un instante detenido en tu mirada,
un instante de luz y caramelo,
un instante de sueños y carrouseles
un instante que me quita del mundo.

Tienes el don de la infancia,
de la vida virgen de opciones,
de los mil caminos, de los mil retornos…
Tienes el don de empezar la primer hoja del cuaderno.

Hay tanto que quisiera decirte,
tantas cosas que quisiera darte para ese viaje,
pero olvido tu pequeñez,
olvido que la alforja es joven, pequeña…moldeable.

Por eso evito tocarte con historias,
evito la marca de la pluma o la lágrima
para que nada humedezca tus alas,
para que nada ponga peso a tu vuelo.

En cambio, te cedo este tesoro…
Un bichito de luz para tus noches,
una canción de barrilete,
un granito de arena,
una sonrisa de duende,
y un caracol que guarde todos tus secretos.

¿Para que más?...
Si llevas escondido el mar en la mirada,
si tienes la magia de la risa
y has dibujado mil estrellas en un beso.

Ve mi niña,
camina despacio esta aventura maravillosa de vivir,
atrévete al riesgo de ser libre.
que yo velaré en silencios y oraciones
estos días de infancia donde seguimos creyendo en la primavera.