Hay días en que la vida nos arropa con mil prioridades de cemento, nos distrae en números y compromisos de corbata. Estos son de esos días, días en que corro y corro y llego tarde a todas partes, no porque sea impuntual, sino porque no me dan las fuerzas para responder a lo que se espera que responda.

Así son estos días, perseguimos lo que creemos que debemos perseguir y no escuchamos los bocinazos del alma que nos dicen: Ey, alto!.

Esta mañana hice un alto, tomé el teléfono para llamar a una amiga y me di cuenta que había olvidado celebrar su vida el día anterior.

Aquí, en este espacio tan mío, donde no me corre ningún reloj ni me calla ningún compromiso, me regalo este momento para abrazar a alguien que ha llenado de versos y vida mis días...alguien que tiene el don de conjurar encuentros en una sonrisa...alguien que siente y vive de instantes y sueños...

Hoy, me detengo un instante para abrazar a mi querida amiga Rosa Silverio en su nuevo aniversario de vida.