Poesía: A Conciencia

14:46 0 Comments A + a -


A un amigo
Han muerto los que pueden señalarte,
los que guardaban en estampillas tus promesas a futuro.
Estas sentado en la certeza del hambre saciado,
y olvidas que el espejo ya no tiene tu rostro.
¿Dónde has puesto tu corazón
que una y otra se deshabita?
No te conoces en la sombra que reflejas,
y tienes razón,
poco tiene que ver con la fuerza de tu nombre...
Que fácil has vendido tu sortija
olvidando cuantos carruseles has girado por su suerte.
Señalas y buscas a quien culpar del frio
y en tu almohada escribes los nombres que no amaste;
Eres tu propio verdugo,
quien busca regresar aunque sea contramano
adonde el honor y la traición juegan la misma partida;
Quien muerde el lado izquierdo de tus labios
cada vez que el día amenaza estar paz.
¿Dónde has puesto tu corazón
que una y otra se deshabita?
No te conoces en este juego de barajas,
y tienes razón,
poco tienen de verdad esas cartas en tus manos...
Que fácil destruiste al grillo en la ventana
olvidando que jugó contigo a ser arquitecto de tus años.
No tienes idea de cómo decir adiós
y una y otra vez escribes tu verdad en otras bocas;
esculpes maravillas en el lodo,
y luego te preguntas porque cambia su forma.
No tienes idea de cómo morir
y sigues seduciendo a las navajas,
mordiendo las horas en tu rito afilado
donde todo deja de ser sólo con cerrar los ojos.
¿No ves que ya estás muerto?
que has cambiado tus alas
por placas que guardan tu nombre en la pared.
Dónde has puesto tu corazón
que ya no recuerdas la canción maternal a la hora de la cena...
Dónde que olvidaste como se habla con Dios...
Dónde que te quedas parado viendo nacer las ruinas...
Dónde que sigues mendigando la sonrisa a las estatuas...
No sabes nada de mí,
ni de la altura del amor...
ni del peso del alma cuando no es fiel...
ni de la herida hecha ofrenda en el silencio...
No sabes nada de mí,
ni del espacio que separa tu nombre del mío
cada vez que me ves en el espejo.