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Viviendo la feria...


Prometido, un poquito de mi experiencia en la Feria Internacional del Libro 2007.

Los que me conocen saben bien cuán importante es para mí la realización de la Feria del Libro. Amo ese mundo, esos instantes donde versos, cuentos, escritores, amigos, música..y versos...y maaaaas versos se combinan recreando un nuevo mundo, un “Macondo”, donde, no todo es rosa, pero sí, todo persigue un mismo fin: dar vida al libro.


Este año, a diferencia del anterior, fui parte más activa de la misma, lo que me permitió vivirlo más de adentro, ver no sólo el esfuerzo de los organizadores, sino también los desvelos, el sudor, los corre corre, las risas, los logros, los descubrimientos...realmente, levanto mi copa por todo ese equipo de personas que durante meses enteros van hilvanando cada pieza de esta gran feria.

Es cierto que hay muchísimas cosas por mejorar, yo misma, desde mi participación como coordinadora del Pabellón de Autores Dominicanos he visto, en el andar, mil cosas en las que se podría mejorar la acción de dicho espacio, para realmente llegar a ser, cada vez más una casa para los escritores dominicanos.

Disfruté la nueva distribución de la feria, donde los espacios estaban más aprovechados, logrando así, que las conferencias, los encuentros, pudieran darse en un mejor clima de tranquilidad. Eso sí, no es posible evitar la bulla propia de la feria, los miles y miles de niños y jóvenes andando por sus calles, coreando canciones, riendo...llenando de esa música propia del interior juvenil que tanto necesita esta tierra.

Realmente para mí ha sido una experiencia inolvidable, exigente y de muchísimo aprendizaje el llevar adelante la coordinación del Pabellón de Autores Dominicanos, de ésta décima Feria Internacional.

Allí, en ese espacio de escritores he tenido la posibilidad de escuchar todas las mañanas, a cientos de jóvenes que se atrevían a compartir sus poemas...allí reímos, nos emocionamos y compartimos con los distintos invitados, que abrían las puertas de su mundo, para que todos esos muchachos pudieran adentrarse en él.

Me encantó estrechar en un abrazo a mi amiga Ligia Minaya, quién desde Denver esperaba ansiosamente el comienzo de esta fiesta de la cultura; saludar a Jeannette Miller, justa premiada con el Premio León Jiménez.

Compartir un trago con el escritor Bryce Echenique...oír las palabras de Freddy Ginebra el día de su homenaje...y tantos otros que han dibujado un mundo paralelo para mí.

Hay miles de anécdotas de feria..pero como contarlas todas...quizá de las más graciosas...como la cantidad de personas que iba al Pabellón y decían: “Quiero este libro, ¿no hay rebaja, cuanto sale?”..pedían rebaja aún sin saber su precio...
También una joven que se acerco a nosotros y nos pregunto si la feria estaba dedicada a Fabio Fiallo, y aún mejor otra que pregunto que día viene el escritor Cervantes.

En cuanto a los precios, había de todos}, por supuesto, los de mejores ofertas son los que más han vendido...pero yo he conseguido grandes obras por precios accesibles...obras como la edición especial de "Cien años de soledad", novelas de Bryce Echenique, "El Asesino de las lluvias", de Manuel Salvador Gautier....descubrir un gran cuentista en Eulogio Javier...un poeta formidable en Valentín Amaro...y una gran empatía poética en Gregorio Espinal y su obra "Memorias de una prostituta"...un libro excelente.

pero..de todas las adquisiciones que hoy ocupan mi mesa de sala, completita..y que no saldrán de ahi hasta no ser leídos...pues ese es mi mecanismo..ningun libro entra a la biblioteca hasta no ser leído....la mejor de las adquisiciones fue un libro de tres cuentos de Pedro Mir, el cual, en su primer página está dedicado por el autor y dice: "Recuerdo de la feria, 1978".


Pues bien, son demasiadas vivencias, pero sobre todo, un sentir agradecido por haber vivido, durante esos 13 días una experiencia que me confirma que los cambios so posibles, que a diferencia de lo que todo el mundo dice: la poesía si vende, solo que los autores no siempre saben cacarearla....los jóvenes compraron más poesía que otros géneros...y sabían lo que buscaban.

Creo en nuestra juventud, esa juventud que tiene valores, ideales, anhelos, dolores..esa juventud que conocí a través de las actividades de los talleres literarios, liderados por William Mejía....

Creo en esos jóvenes como Víctor, Dahiana, Ángel, Angela, Carolaine...quienes se fajaron esos 13 días en el Pabellón, y han demostrado cuanto valen...realmente esos cinco jóvenes han sido parte fundamental de la coordinación del pabellón...jóvenes que hablaron, cantaron, recitaron, escribieron, aguantaron boches de escritores, sufrieron calor, rieron, bailaron..y me recordaron que si se quiere, todo es posible.

Enhorabuena por esta feria, y hasta la próxima feria.