A Nahuel Bayo
La fragilidad
cobró forma en tu vientre
y se hospedó allÃ,
colmando de esperas
la rutina.
Nueve lunas
y la grandeza de la pequeñez
nos invadió.
Esta tumba de vivos
se colmó de luz
y despertamos,
porque la vida superaba las heridas.
Se rompieron seguridades
nacieron sueños,
el temor a lo nuevo.
Y el dulce sabor
de descubrir en ese retoño
que aún podÃamos amar.
La fragilidad
cobró forma en tu vientre
y se hospedó allÃ,
colmando de esperas
la rutina.
Nueve lunas
y la grandeza de la pequeñez
nos invadió.
Esta tumba de vivos
se colmó de luz
y despertamos,
porque la vida superaba las heridas.
Se rompieron seguridades
nacieron sueños,
el temor a lo nuevo.
Y el dulce sabor
de descubrir en ese retoño
que aún podÃamos amar.