Poema de últimos intentos
No hay brisas ni cantos de caracol
el ultimo duende ha partido,
tras haber descubierto la humedad de mi nombre.
no queda mucho…
Un grito frío
mordiendo el vientre virgen y gastado…
Un espacio de luz que no puede dejar de ser sombra,
un par de brazos afónicos,
un arrullos perdidos en la palabra,
un nombre herido y sin rostro,
un silencio de nueve meses…
No queda mucho…
Unos labios roídos por el tiempo,
una mirada aguada,
una sonrisa desflorada,
unos pechos vacíos,
un jardín aprisionado,
una urgencia salada…
no me queda mucho…
un sueño,
un te quiero,
una palabra…
¿Será suficiente
para el amor?.
el ultimo duende ha partido,
tras haber descubierto la humedad de mi nombre.
no queda mucho…
Un grito frío
mordiendo el vientre virgen y gastado…
Un espacio de luz que no puede dejar de ser sombra,
un par de brazos afónicos,
un arrullos perdidos en la palabra,
un nombre herido y sin rostro,
un silencio de nueve meses…
No queda mucho…
Unos labios roídos por el tiempo,
una mirada aguada,
una sonrisa desflorada,
unos pechos vacíos,
un jardín aprisionado,
una urgencia salada…
no me queda mucho…
un sueño,
un te quiero,
una palabra…
¿Será suficiente
para el amor?.