Poesia: Ante las piedras

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veo piedras en sus manos
y pregunto por sus miedos
por esta historia de silencios que es mi espalda
y la distancia que me aleja de su herida.

Esas rocas pertenecen al camino,
al polvo macerado de sus lenguas,
al cuento no aprehendido en las caídas,
y un poco del querer sin haber sido.

No es mi nombre el que se duele en sus banderas
ni el color de esta piel esta en sus manos
y aun así,
duele que lo intenten
duelen esas piedras en sus manos.

¿A que le temen que se esconden en mi sombra?
¿A qué verdad escapan cuando hacen letanía de mis pasos?
yo no soy más que una mujer y sus silencios,
que un espejo para el tedio de sus días.

¿Acaso vieron en mis manos una daga,
un dedo acusador,
un verbo embravecido?...

¿Por qué las piedras en sus manos?
¿Por qué a una mujer que solo trata?...
Trata y cree aun en las promesas,
en la señal del no diluvio y el secreto de la vida
que se esconde sólo en ella.

Miro sus manos y aún sostienen piedras,
y yo recuento las heridas de otros golpes,
la infancia que vivió de carruseles tras la verja,
los paseos oscuros tras el sueño
y todas las veces que tuve la osadía de reír.
y se los cuento...
no por lástima, sino por fe...
Quizá entiendan que el crisol
poco tiene que ver con la mano de los hombres
y suelten esas piedras,
y vean a la mujer que de rodillas sostiene su vida,
luego de haberles dado vida.