Cegueras

si me dijera usted, de pronto, que me ama,
yo ni me detendrÃa para hacer la maleta.
HuirÃa luchando contra el miedo a la costumbre
de su cuerpo.
Almudena Guzmán
Solo nos queda un cristal herido,
la memoria sin nombre de una primavera feliz.
El rincón robado a un banco de plaza,
la nostalgia joven,
el abrazo lento,
la silueta rosa delineada en la mirada.
¿Para que decir adiós?...
La despedida es para los que marchan
y los dos seguimos parados
en el espacio triste de la duda.
No volveremos a vernos,
aun caminando las mismas aceras
los mismos vacÃos…
la misma sed de sombra,
el mismo grito borracho de no decir…
Hace mucho que hemos quedado ciegos.
¿Nos gano el miedo,
o es que
el amor no alcanza
para dibujar mariposas?